miércoles, 29 de abril de 2020

Relieve e historia geológica

Geología y relieve

Desde un punto de vista geológico la Sierra de las Nieves está constituida por la formación de las Nieves, con una sucesión de dolomías (mármoles dolomíticos en algunos sectores) y calizas del mesozoico y, en disposición discordante con la sucesión anterior, usa brecha carbonática terciaria.

Paisajisticamente hablando, la zona visitada se caracteriza por el dominio de montes agrestes, con frecuentes cortes, escarpes y quebrados de caliza, que dan lugar a panorámicas de gran profundidad. El aspecto de la superficie de forma general es compacto y desnudo. El suelo en algunas zonas es pedregoso y fundamentalmente rocoso.

Las características geológicas de los materiales de la sierra determinan diferencias geomorfológicas y de relieve, pudiendo distinguir tres diferentes tipos de paisaje:
- Materiales calizos. Forman las llamadas "sierras blancas" que son las más abundantes en el parque, caracterizadas por fuertes pendientes y relieve abrupto.
- Materiales peridotíticos. Son los componentes de las llamadas "sierras bermejas", formadas por rocas de origen plutónico. Estas rocas son oscuras aunque sufren transformaciones que producen cambios de color en ellas. Las características especiales de estas dan lugar a elevados relieves y formas típicas.
- Materiales silíceos. Se encuentran fundamentalmente rodeando a las peridotitas y las calizas. Estas rocas sufren un gran metamorfismo cuya intensidad depende de su proximidad a la intrusión ultrabásica.

La red de conductos kársticos es el elemento que introduce mayor anisotropía y heterogeneidad en el comportamiento hidrogeológico  del karst. Sin embargo, la información espeleológica es todavía muy limitada en relación con las dimensiones del sistema, aunque tremendamente valiosa, y por consiguiente la idea que se propone es generar versiones posibles de la realidad, esto es, completar la red karstica por simulación y hacerlo del modo mas riguroso posible tanto del punto de vista estadístico como hidrogeológico y geomofológico.

Se llama horizontes del suelo a una serie de estratos horizontales que se desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura, adherencia, etc. El perfil del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes. Clasicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales que desde la superficie hacia abajo.

Formación de la cordillera

Hace aproximadamente unos veinticinco millones de años tuvo lugar la formación de las Cordilleras Béticas. La intensa actividad tectónica que generó el choque entre las placas Norteafricana y Euroa-
siática provocó la elevación y fractura de los materiales sedimentarios acumulados en el mar de Thetis. Este conjunto de movimientos, conocido como orogenia o plegamiento alpino, dividió a los jóvenes sistemas béticos en dos, zonas internas y zonas externas, y es en el contacto entre ambas donde se encuentran las diferentes sierras que forman el complejo montañoso Sierra de las Nieves, siendo uno de los sectores béticos donde se observa con mayor claridad dicho contacto. A grandes rasgos, en este espacio protegido pueden diferenciarse dos unidades de relieve y paisaje principales: las sierras blancas calizas y las sierras pardas peridotíticas.


Durante el plegamiento alpino, potentes bloques de rocas calizas fueron elevados, haciendo dominar a los materiales carbonatados en el conjunto del parque natural. El núcleo central, formado por dolomías triásicas, está cubierto por margas y calizas dispuestas en capas de menor grosor. Todos estos materiales, de color blanco grisáceo, son fácilmente erosionables por la acción del agua, generando un singular relieve recortado por profundos barrancos, y plagado de cavidades subterráneas, convirtiendo la mayor parte de este macizo montañoso en un enclave de gran relevancia geomorfológica e hidrogeológica a nivel regional y nacional: el karst de Sierra de las Nieves.
En contraste con las importantes alturas alcanzadas por los picos Torrecilla (1.919 m) o el Peñón de los Enamorados (1.775 m), entre los elementos kársticos del relieve destaca la presencia de tajos, cuevas y simas, así como sumideros, dolinas, poljes, travertinos y manantiales, conaguas en ocasiones ricas en minerales.


Pablo y Andrés

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